a Través de la que Buscó Sensibilizar a la Gente Sobre el Autismo
Con una gran fuerza y entrega total Rodney Cuestas ingresó ayer a Mercedes y recorrió varias calles, cumpliendo así con su desafío de unir Montevideo con Mercedes en el marco de la actividad solidaria de PVTEA. El ultramaratonista que ha se preparó durante muchísimos meses, ya había adelantado que esta quizá será la última prueba de este tipo que realice y la idea fue sensibilizar a la población sobre el autismo y todo lo que ello conlleva para quienes padecen este trastorno y sus familias.
Pese a la lluvia que ayer sobre la hora de la llegada comenzó a caer en Mercedes, fue mucho el público que se sumó a saludar el paso del atleta, reuniéndose el mayor número sobre plaza del Encuentro en el escenario montado especialmente para la ocasión.
Tras saludar a su señora, a su hijo y otros familiares que estaban presentes al arribo, Rodney tuvo un tiempo para reunirse con los representantes de la prensa, reflexionando que “creo que el fin principal lo hemos cumplido y es hablar y hacer conocer más sobre el autismo. Al principio para mí este tema era algo como un cuco, en el año 2019 iba a hacer esta ultramaratón pero se debió suspender debido al Covid, mi hijo ya tenía 8 meses y un poco más adelante fue diagnosticado con autismo y hoy estoy comprometido con la causa”.
Sobre su entrenamiento Cuestas señaló que “Roberto ‘Caticho’ Díaz es el mejor entrenador de Uruguay, es espectacular. Cuando comencé a prepararme tenía sobrepeso, hicimos un trabajo lento pero seguro perdiendo un poco más de un kilo por mes y realmente el estado físico que hoy tengo es gracias a él. Me estuve preparando más de ocho meses con ejercicios regulares en el gimnasio, con una dieta especial y todo eso me permitió llegar en buenas condiciones y además el aliento de la gente sin dudas genera una adrenalina muy especial para recorrer los últimos metros hasta el final.
Quiero también resaltar el equipo que me acompañó en esta ultramaratón ya que además de ‘Caticho’ está Néstor Fúnez como masajista, Andrés Ramírez junto a mi hijo Gastón, que manejaron todas las redes sociales y el chofer que nos acompañó, Ariel Caresani. Mi señora siempre me empujó para llevar adelante este desafío, me ha respaldado en cada acción que he puesto en marcha al servicio de la gente.
En esta ultramaratón tuvimos hasta Cardona viento en contra y eso nos llevó a cambiar la táctica, por lo que aceleramos el paso para llegar a la portada del departamento y allí tuvimos algunas horas para lograr la recuperación necesaria, pero debíamos dejar atrás ese inconveniente que es propio de la naturaleza, pero sin dudas hace cambiar el paso.
Yo no soy un atleta de elite pero se deben tener elementos esenciales para cumplir con la marcha prevista y el calzado es esencial para no tener inconvenientes. Algo muy importante es el apoyo que sentí durante toda la travesía desde que salí de Montevideo. La gente se suma, muchos te paran en la ruta porque quieren una foto y cuando llegué a Mercedes y vi a todos quienes me esperaban, fue realmente un orgullo y ahí pude decir que finalmente estaba todo cumplido”.
¿Hay alguna recuperación especial en los próximos días?
“Se que recién hoy podré estar durmiendo unas dos horas y así iré sumando algunas más día a día, porque este tipo de ultramaratones te dejan muy excitado y me lleva una semana retomar el ritmo normal de vida. Deseo expresar mi agradecimiento a todos quienes de una u otra manera me apoyaron”.